La devoción por la Virgen del Valle trasciende, así como la creatividad de su gente para celebrarla. Durante los primeros días de septiembre de cada año, la feligresía prepara el corazón para honrarla y la voz para ser multiplicadores de la fuerza de sus milagros.
“El sentir margariteño y el que llevamos todos los orientales es inmenso. Desde dar la bendición y decir “Dios y la Virgen te bendigan” hasta una expresión de asombro como ´¡Virgen del Valle!’”, expresó Mariajosé González, quien se confiesa como devota de la “patrona de Oriente”.
Su fe forma parte de la tradición familiar, pues abuela, madre e hija han mantenido vínculos con esta advocación mariana en la iglesia Virgen de la Medalla Milagrosa, de la Urbanización El Bosque, en Cumaná. Entre sus recuerdos están muchas anécdotas de las festividades por esta efeméride.
“Mi hija, con apenas 11 años, tiene su actividad de Legión (de María) desde hace cuatro años”, contó la nativa de Tacarigua, en Margarita, quien actualmente reside en la capital sucrense.
Precisó que, para aquel entonces, el Cardenal Baltazar Enrique Porras Cardozo reconoció a su pequeña como “la legionaria más pequeña de Venezuela”. Su pertenencia a este grupo no ha cesado, así como su pasión, devoción y fe.
“María lo puede todo. ¿Qué es lo que una madre le pide a su hijo que este no lo cumple? Ella es la mediadora, el canal y quien intercede ante nuestro señor Jesucristo por nuestras necesidades”, precisó González.
Según su experiencia la gratitud ha sido fundamental, y más allá de su entorno, afirmxó que esa es la clave para preservar la empatía, acabar con los conflictos y lograr vivir en un mundo mejor.
La docente e investigadora de la Universidad de Oriente (UDO) Núcleo de Sucre, destacó que la caridad, la obra y la oración, son formas en las que sirve a la madre de Dios. Resaltó que para ella el oriente significa familia, tradición y fervor por Vallita.
Así como Maríajose y sus parientes, Johismar Márquez considera el agradecimiento como uno de los pilares de su vínculo con la Virgen del Valle. La esencia de su familia la llevó a creer en su poder y los favores concedidos acrecentaron su devoción.
“He tenido muchos milagros en mi vida”, puntualizó Márquez. La nativa de Cumaná atribuye a “Vallita” la existencia de su hija, las múltiples oportunidades que ha tenido y la prosperidad laboral de su esposo.
A pesar de los cambios, se siente agradecida de tener su guía o respaldo en el transitar de su camino. La residente de España explicó que a pesar de estar lejos de su tierra, la festividad no pasa por alto en su hogar.
“La celebramos con un rosario, torta, su luz y flores”, contó. Añadió que durante el año suelen ponerle flores y “alumbrarla”.
Cumaná / Oriana García Rivas