El Gobierno de Kazajistán considera estabilizada la situación en todas las regiones de la república centroasiática, donde los detenidos en las protestas y disturbios de los últimos días ascienden ya a casi seis mil, muchos de ellos extranjeros.
Durante una reunión del gabinete de crisis, el presidente Kasim-Yomart Tokáyev, fue informado hoy de que "las fuerzas de seguridad han liberado todos los edificios administrativos y se ha restablecido el trabajo de los servicios comunales y otros sistemas básicos".
No obstante, el mandatario señaló que los órganos de seguridad del Estado tomarán las medidas necesarias para el pleno restablecimiento del orden y la seguridad en el país.
Además, encargó la creación de una comisión constitucional para liquidar las consecuencias de los disturbios, lo que incluye la reconstrucción de edificios públicos y otras instalaciones fundamentales para el funcionamiento de las ciudades afectadas.
El principal foco de resistencia sigue siendo la antigua capital kazaja, Almaty, donde aún se oyen disparos y en cuyo extrarradio tienen lugar esporádicos enfrentamientos entre la policía y grupos de hombres armados.
"Los guerrilleros siguen ofreciendo resistencia armada. Hay signos de estabilización, pero también hay focos de resistencia cruenta", dijo Erzhan Babakumarov, alcalde de la ciudad, a la televisión Jabar 24.
A petición de Tokáyev, los líderes de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), la alianza militar postsoviética liderada por Rusia, celebrarán el lunes una reunión virtual para analizar las medidas adoptadas para la normalización de la situación en Kazajistán.
Varias decenas de personas -incluido 16 policías y dos militares, y un número indeterminado de manifestantes, hombres armados y transeúntes, entre ellos varios menores- han muerto en las mayores protestas en 30 años de independencia, según las autoridades.
Las protestas estallaron a principios de año de manera pacífica en el Oeste de la república debido a la subida de los precios del gas licuado, principal combustible en esa región bañada por el mar Caspio, pero desembocaron en violentos disturbios en varias ciudades del país más rico de Asia Central.
Astaná / Redacción Web / EFE