El ahorro en Venezuela está en su peor momento. Cada bolívar soberano que se mantenga en una cuenta perderá su valor en pocos días; es la realidad de un país con la moneda más devaluada en el mundo. Así lo señalan expertos económicos, para quienes el mercado inmobiliario, como otros sectores en el país, “se ha convertido en una pesadilla” con operaciones que se manejan y se concretan en dólares.
En lo que va de 2018, este sector ha sufrido una caída en las ventas del 70% y en los últimos dos años los inmuebles han perdido valor en 50%, aseguró Francisco Sánchez, asesor inmobiliario en Anzoátegui, quien destacó que las ventas se realizan en moneda estadounidense, “porque los clientes aluden que se van del país y necesitan obtener las divisas a través de estos bienes”.
“El que está comprando en dólares es porque está ganando en esa moneda. Los precios son variables y crean inestabilidad en el mercado. En las últimas semanas se ha intensificado una tendencia a la baja. Hay propiedades en Lechería, construcciones nuevas, que en su momento tuvieron un costo de $400 mil o $500 mil y se están vendiendo esta semana en $200 mil”, precisó.
Para Beatriz Medina, quien también es agente inmobiliario en la entidad, “la variabilidad del mercado depende del alto costo de la vida. Por eso estamos ante una tabla muy inestable de precios, que es además influenciada por la premura con la que las personas quieren vender para emigrar”, comentó.
Agregó que “los costos de ventas tienden a descender, porque la población está supliendo sus ingresos mensuales o semanales con la liquidación de activos”.
Operaciones de contado
Ambos aseguraron que los créditos hipotecarios están descartados. Una afirmación en la que coincide Aquiles Martini Pietri, expresidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela y presidente de la Comisión de Infraestructura, Vivienda y Hábitat de Fedecámaras.
“Mientras para algunos es inalcanzable adquirir una vivienda propia o arrendar, otros rematan sus inmuebles para lograr sobrevivir a los gastos rutinarios o comprar divisas e irse a otras tierras”.
Martini Pietri refirió que no existe en ningún banco solicitud para nuevos créditos hipotecarios. “Esto hace que la gente no pueda comprar una vivienda, porque no hay dinero suficiente y no hay construcciones. Entonces, los precios de venta tienden a bajar y la población, de alguna forma, está supliendo sus ingresos mensuales o semanales con la liquidación de activos, porque no le alcanza para vivir como consecuencia de la hiperinflación”.
Hiperinflación
Es necesario que el Gobierno nacional implemente un plan directo para el área inmobiliaria, con medidas macroeconómicas, para que pueda subsitir. Así lo considera el presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Carlos Alberto González, quien agregó que la hiperinflación está castigando dramáticamente las ventas y compras de viviendas. Explicó que el sector primario, que tiene que ver con la edificación de viviendas y galpones, está paralizado”, no se está edificando nada”.
Mientras que el secundario, que es la venta de unidades habitacionales, creció; pero la demanda es baja, porque nadie quiere invertir en la adquisición de un inmueble.
“Algunos ciudadanos están usando el único bien que tienen para irse del país y otros para sobrevivir. Esto ha hecho que los precios se retraigan 50% en las clases A y B. Mientras que en los otros renglones el porcentaje es mayor”.
Paralelamente, el sector inmobiliario busca nuevas rutas para mantenerse a flote.
Intermediarios de ventas
A través de Internet hay una variedad de páginas dedicadas a la venta de inmuebles. También en diversas redes sociales existe una cartera de ofertas, pero con montos inverosímiles. Al realizar las consultas vía telefónicas para obtener más detalles de la propiedad, las cifras son las mismas, pero en dólares.
Casi en su totalidad, las transacciones se manejan con intermediarios, en su mayoría inmobiliarias, que cotizan con la moneda norteamericana, como parte de una transacción normal
Así lo relató Beneida Mijares, quien está evaluando vender su propiedad, ubicada en Nueva Barcelona, y a diario consulta el rango de precios, a través de empresas inmobiliarias ubicadas en la zona norte. “Esta es un área en expansión, donde había varios proyectos de construcción. La crisis económica ha generado una devaluación de los apartamentos. Hay residencias nuevas, a estrenar, que están ofertando entre $18 mil y $20 mil”.
La comerciante dijo que, aunque quiere invertir en algunos negocios familiares, ha preferido esperar y no “regalar” su propiedad. Se niega a vender a precios por debajo del valor justo.
Arrendamientos
Los precios de los alquileres de viviendas y apartamentos varían de acuerdo con la dirección de ubicación.
Para Oreste Rosi, presidente de la Cámara Inmobiliaria de Anzoátegui, es muy difícil definir un precio promedio de los alquileres, debido a la inestabilidad del mercado.
El asesor inmobiliario Rafael Sánchez maneja un catálogo de opciones en el municipio Urbaneja que oscilan entre $250 y $500. “Frente a Playa Mansa hay una residencia disponible con una habitación en $300. El que gana en dólares puede pagarlo, pero con un sueldo en bolívares soberanos es imposible”.
Otras opciones, en zonas céntricas de Barcelona, son alquiladas en $150 y en sectores populares desde 1.500 bolívares soberanos. Los precios del mercado coinciden con algunas ofertas inmobiliarias en las comunidades portocruzanas.
Sánchez asegura que los contratos son realizados con empresas porque los propietarios se niegan a arrendar a personas naturales, por el miedo a perder sus inmuebles, “ante las protecciones que brindan las leyes a los inquilinos”.
Riesgos
“¿Quién va a construir para alquilar en Venezuela? Nadie”. Es la posición de Carlos Arreaza, propietario de dos residencias que hasta hace un año alquilaba solo a estudiantes.
“Yo he visto devaluados mi patrimonio y luego de la implementación del nuevo cono monetario se ha hecho inviable que los inquilinos paguen los cánones de arrendamientos, que ya eran irrisorios por el control que mantiene el gobierno en el contexto de la hiperinflación que afecta al país”, dijo.
Arreaza considera como ilógico que con una de las nuevas monedas de 0,5 bolívares soberanos un inquilino pueda pagar, en algunos casos, hasta 40 años de alquiler.
Alfredo Castro, quien se dedica a la asesoría en el ramo de bienes y raíces, cree que “mientras exista una ley que beneficie a una de las partes y perjudique abiertamente a la otra, los alquileres de vivienda en Venezuela seguirán desapareciendo”.
Leyes en contra
El presidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, Carlos Alberto González, declaró recientemente que la situación de este subsector de las actividades inmobiliarias es un ejemplo claro de cómo los controles gubernamentales destruyen la confianza de los inversionistas e imposibilitan la oferta de servicios.
“Desde hace años el Ministerio de Vivienda, a través de la Superintendencia de Arrendamiento de Viviendas, Sunavi, ha mantenido congelados los arrendamientos en niveles absurdos, mientras la inflación ha galopado en el país”.
Exhortó al cumplimiento del artículo 74 de Ley para la Regularización y Control de los Arrendamientos de Vivienda, lo cual permitiría actualizar el valor del metro cuadrado de construcción, algo que no se ha hecho desde el 20 de noviembre de 2012.
“Es prioritario que se discuta la reforma total de esta ley para garantizar el derecho de propiedad de los arrendadores, el cual ahora está menoscabado por la normativa”.
Puerto La Cruz / Mariannys Narváez