El papa Francisco invitó a los representantes de la iglesia a dar pruebas de “humildad” y “sobriedad” y a huir de la “mundanalidad” y el “orgullo”, en sus tradicionales votos navideños.
Navidad “es el momento en que cada uno de nosotros debe tener el coraje de liberarse de sus vestimentas y de su cargo, del reconocimiento social, de su pedazo de gloria del mundo y de asumir su propia humildad”, declaró Jorge Bergoglio ante sus cardenales y obispos, reunidos en la Sala de Bendiciones del Vaticano.
El papa les recordó que el gobierno central de la iglesia “no es solamente un instrumento logístico y burocrático”, sino “el primer órgano llamado a dar testimonio”, y reiteró que “la organización que debemos instalar no tiene modelo de empresa, sino modelo evangélico”, reseñó la agencia de noticias AFP.
“Nosotros, miembros de la Curia, debemos ser los primeros en comprometernos con una conversión a la sobriedad”, insistió, tras llamar a “vivir con transparencia, sin favoritismos y sin amiguismos”.
“El orgulloso, enfermo en su pequeño mundo, no tiene más pasado ni futuro, no tiene raíz ni fruto, vive con el gusto amargo de la tristeza estéril”, declaró en referencia a las críticas al modo de vida de algunos miembros del clero. “Todos nosotros somos leprosos en busca de cura”, añadió la máxima autoridad eclesiástica.
Roma / Redacción web
