Sufrimiento, cansancio y violencia son algunas de las dificultades que enfrentan los migrantes centroamericanos cuando dejan su país para buscarse una mejor vida en Estados Unidos.
Uniendo esfuerzos en Guatemala, la iglesia católica y la Casa del Migrante realizaron el viernes un viacrucis en el parque central de la capital para mostrar en 14 estaciones --las mismas que según el catolicismo recorrió Jesús hasta su crucifixión y sepultura-- algunos de los obstáculos que los migrantes padecen en sus jornadas.
Mauro Verzeletti, a cargo de la Casa del Migrante guatemalteco, dijo que cada día es más compleja y aguda la situación de los derechos humanos de estos viajeros.
En las estaciones del viacrucis, como hacen los católicos locales en Semana Santa, se colocaron víveres como azúcar, pan, arroz, objetos de limpieza como papel higiénico, toallas, pasta de dientes, juguetes para niñas y niños, lecturas sobre protección, nombres de organizaciones protectoras de migrantes y otros.
Según la Casa del Migrante, en 2018 recibieron a 16.791 migrantes centroamericanos que llegaron en las caravanas que se formaron en Honduras y que en el camino crecieron con ciudadanos salvadoreños y de otras nacionalidades.
“Este año ya hemos recibido 5,994 migrantes”, comentó Verzeletti.
Al respecto, el obispo Raúl Martínez, administrador apostólico de la arquidiócesis de Guatemala, dijo que los gobiernos centroamericanos no han tenido la capacidad de brindar a los ciudadanos planes de desarrollo que les aseguren una vida digna en sus países.
“Los gobiernos no pueden detener a la gente (para evitar que migren)”, aseguró Martínez, y agregó que sólo busca mejores condiciones de vida. Sin embargo, afirmó, una de las consecuencias más difíciles de la migración es la separación de familias.
En un comunicado de prensa, la Misión de San Carlos Scalabrinianos dijo que “el derecho de migrar sea en plena libertad de elección, no de forma forzada por la pobreza y violencia” y demandó “políticas que favorezcan un proceso de acogida, protección, promoción e integración”.
Ciudad de Guatemala / AP