Apenas un día después de celebrar la publicación del informe de Mueller diciendo que fue un "buen día", Donald Trump usó el viernes un tono desafiante, al tuitear que eran "puras sandeces" lo dicho por exfuncionarios del gobierno citados en el informe, de que el presidente de Estados Unidos intentó varias veces frustrar la investigación o influir en ella.
Según el reporte de 448 páginas publicado el jueves, Trump desalentó a los testigos a cooperar con los fiscales y presionó a sus asistentes a desinformar al público en su nombre a fin de obstruir la pesquisa sobre la injerencia rusa en las elecciones de 2016, por temores de que afectara a su presidencia.
En realidad, las conclusiones del reporte reflejan las del memorándum publicado por el secretario de Justicia William Barr hace un mes: no hubo colusión con Rusia alrededor de las elecciones de 2016, ni un veredicto claro en relación con una posible obstrucción de la justicia por parte de Trump. Sin embargo, agregó nuevos detalles sobre los intentos de Trump para hacer fracasar la investigación.
Al tuitear durante un día lluvioso desde su club Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, Trump atacó el viernes a las personas que cooperaron con el equipo de Mueller.
Dijo que las afirmaciones citadas en el informe fueron "inventadas y completas mentiras". Alegó que no existían las "notas" que algunas personas dijeron tomar tras reuniones, sino que fueron creadas por la investigación de Mueller.
"Nunca acordé testificar, no era necesario que yo respondiera las declaraciones hechas en el 'Informe' sobre mí, algunas de las cuales son puras sandeces y sólo fueron hechas para que la otra persona se vea bien (o que yo me vea mal)", tuiteó Trump. "Fue un Engaño Iniciado Ilegalmente que nunca debió suceder".
El jueves, Trump dijo que gracias a la publicación del reporte de Mueller tuvo un "buen día", pues el informe concluyó que "no hubo colusión, no hubo obstrucción".
Mueller escribió en el informe publicado en dos tomos que los intentos de Trump de controlar la investigación y dirigir a otros sobre cómo influir en ella "fueron mayormente infructuosos, pero eso fue en gran medida porque las personas allegadas al presidente se negaron a cumplir sus órdenes o realizar sus pedidos".
En un momento especialmente dramático, Mueller reportó que Trump estaba tan perturbado por el nombramiento del fiscal especial, que se recargó en su sofá y dijo: "Dios mío. Esto es terrible. Es el fin de mi presidencia. Estoy jo**do".
Con ello, Trump buscó salvarse.
En junio de ese año, dice el informe, Trump ordenó al abogado de la Casa Blanca Don McGahn que llamara al secretario de Justicia interino Rod Rosenstein, quien supervisaba la investigación, y le dijera que Mueller debía de despedido porque supuestamente tenía conflictos de interés.
McGahn se rehusó a hacerlo, optando por renunciar en vez de desatar lo que consideró una posible Masacre del Sábado por la Noche, como se conoce a los despidos ocurridos durante el escándalo Watergate.
Dos días después, el presidente trató de nuevo de alterar el curso de la investigación, al reunirse con el exadministrador de su campaña Corey Lewandowski y dictarle un mensaje para que lo pasara al entonces secretario de Justicia Jeff Sessions.
El mensaje era que Sessions debería decir públicamente que la investigación era "muy injusta" con el presidente y que Mueller debería limitar su pesquisa a "la investigación sobre injerencia en elecciones futuras". El mensaje nunca fue entregado.
Con la vista puesta en el futuro, ambos partidos ya estaban usando los hallazgos para amplificar sus ya ensayados argumentos sobre la conducta de Trump.
Los republicanos lo han calificado de ser una víctima de acoso, mientras que los demócratas lo describen como un presidente que excede su autoridad con el fin de sabotear una investigación.
Washington / AP