Por segunda semana consecutiva, los trabajadores de la salud, dependientes de la Gobernación de Anzoátegui, salieron a la calle, pasadas las 8:00 de la mañana de este lunes, para exigir la cancelación de deudas laborales.
Acompañados de empleados activos y jubilados de otros sectores que dependen también del Ejecutivo regional, durante varias horas cerraron la avenida Miranda cruce con 5 de Julio de Barcelona, cerca del Palacio de los Jardines, para reclamar porque el pago que les tenían que depositar el pasado viernes (bono de alimentación, uniforme y transporte) no fue hecho.
Según José Igualguana, secretario ejecutivo del Sindicato de Trabajadores de la Salud (Sintrasalud), una vez más fueron engañados por el personal administrativo del Instituto Anzoatiguense de la Salud (Saludanz).
“El tesorero nos engañó al decir que ya había hecho la transferencia y a los 15 minutos no había nada. Alegó que era una falla con el Banco Bicentenario. Lo único que se hizo efectivo ese día fue el pago del uniforme que era el de menor monto: BsS 60”.
El dirigente sindical indicó que tras la protesta de este lunes, lograron que el resto del dinero fuera abonado en sus cuentas. Todavía esperan que les cancelen el nuevo incremento salarial.
Descontrol
Para el jubilado de la dirección de Presupuesto de la gobernación, Diomar Rivero, desde que el mandatario regional Antonio Barreto Sira asumió la administración no se cumple con la convención colectiva, especialmente en lo que se refiere a las fechas de pago, las cuales se encuentran establecidas para los 10 y 25 de cada mes.
“La gobernación ha hecho depósitos y nadie entiende qué es lo que cancelan porque lo hacen incompleto y cuando quieren. Muchos trabajadores aún no han percibido el primer pago fraccionado del ajuste salarial. Lo que más molesta a la masa laboral es que no hay un vocero qué explique lo que ocurre”.
Los docentes se unieron a la manifestación para reclamar que en el julio recibieron sólo el pago de 60 días de vacaciones y no los 140 que les corresponde. porque tampoco han percibido el nuevo ajuste en sus sueldos.
Barcelona / Elisa Gómez