Jamer González solía organizar cada mes unas nueve bodas, fiestas de cumpleaños y almuerzos corporativos en su salón de eventos ubicado en un vecindario de clase trabajadora de la capital colombiana, ganando lo suficiente para vivir cómodamente y enviar a sus dos hijas mayores a la universidad. Ahora, después de meses de restricciones relacionadas con […]