Emmanuel Macron inició el miércoles el que aparenta ser otro año agitado para su presidencia, enfrentando nuevas críticas por reafirmar en su discurso de Año Nuevo su compromiso con una reforma al sistema de pensiones que ha generado intensa oposición.
El líder de extrema izquierda Jean-Luc Mélenchon tuiteó que el discurso televisado de Macron fue “una declaración de guerra contra los millones de franceses que rechazan su reforma”.
El partido de extrema derecha Agrupación Nacional fue igual de crítico. Su portavoz Laurent Jacobelli acusó a Macron de apegarse a su reforma a las pensiones “como un niño malcriado aferrándose a su juguete”.
La Agrupación Nacional _que solía llamarse Frente Nacional_ y la Francia Insumisa de Mélenchon estuvieron entre las que más votos captaron en los comicios presidenciales de 2017, que Macron ganó con una plataforma centrista en la que promovía una reforma laboral y prometía reestructurar la política francesa.
El partido de Macron cuenta con una amplia mayoría en la poderosa cámara baja del Parlamento, por lo que las calles se han convertido en el principal escenario en el que la oposición expresa su inconformidad. El miércoles fue el 28vo día consecutivo de huelgas encabezadas por los sindicatos que han paralizado la red ferroviaria de Francia, y han convertido la transportación por París en un verdadero problema, ya que la mayoría de las líneas del metro están cerradas u operan intermitentemente.
Los sindicatos están preparándose para nuevos paros la próxima semana, cuando las escuelas reabren tras unas vacaciones por la Navidad y el Año Nuevo, y se reanudan las negociaciones con el gobierno de Macron.
“Es necesario que haya una huelga general”, dijo Philippe Martinez, secretario general del sindicato CGT. “Exhortamos a todo el pueblo francés a movilizarse, a manifestarse y a declararse en huelga. Mi mensaje es claro”.
“Esa es la única forma en que pueden entendernos”, añadió.
En su discurso televisado el martes por la noche mientras la gente festejaba la llegada de una nueva década, Macron dijo que la reforma a las pensiones “se llevará a cabo”, pero le pidió a su gobierno que “halle la forma de alcanzar una rápida solución negociada” con los sindicatos.
Macron se mantuvo firme en los puntos básicos de la reforma, incluyendo la medida más criticada: elevar la edad para pensionarse de 62 a 64 años.