Cuando jugadores como Kyle Kuzma de Lakers de Los Ángeles, Ben Simmons de 76ers de Filadelfia y Jayson Tatum de Celtics de Boston llegan al Juego de Estrellas de la NBA y participan en lo que se ha tornado en un estilo preferido de correr y divertirse, donde se desalienta a jugar a la defensa prácticamente a toda costa, hay algo que queda claro.