Por fin. Así fue como los pensionados del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss) definieron la jornada de cobro de pensión correspondiente a marzo.
Pese a los horarios especiales anunciados por las instituciones bancarias (de 7:00 am a 6:00 pm) para atender a los “abuelitos”, desde la tarde del pasado lunes estos se apostaron en las agencias bancarias para cobrar el monto de Bs 347.914,58, divididos en 248.510 de la pensión y Bs 94.404 correspondientes al llamado “bono de guerra económica”.
Aunque en muchas entidades el movimiento de personas era rápido, las sucursales del Banco Bicentenario acapararon la atención, puesto que la aglomeración excedía en demasía la capacidad de las sedes.
Movidos por la necesidad de tener efectivo los pensionados salieron a la calle. La señora Rosa Silva sostuvo que había salido “para ver qué podía comprar” y observó gran cantidad de abuelos en las vías.
Buses repletos
El sistema de Buses de Tránsito Rápido (BTR) fue el más aprovechado por los usuarios de la tercera edad, quienes lo coparon en virtud de que no cancelan pasaje.
En una de las unidades articuladas viajaba la jubilada María Espinoza, quien aseguró que había madrugado para poder cobrar.
“Primera vez que cobro completo. Siempre cobraba Bs 200 o 100 mil y a veces me iba a mi casa con las manos vacías. Cobré aquí en el Banco Bicentenario de la avenida Intercomunal y gracias a Dios tengo efectivo”.
Luisa Rodríguez también pudo recibir su beneficio y aprovechó la venta de mantequilla y jabón en panela que había en un local ubicado en la calle Libertad de Puerto La Cruz.
“Aquí se me fue más de la mitad de la pensión. Entre una mantequilla y una panela de jabón azul gasté más de Bs 200 mil. No sé qué vamos a hacer, porque el dinero no rinde absolutamente para nada”.
Esfuerzo en vano
El sacrificio de pasar la noche en vela y estar en una cola por más de 24 horas, fue en vano para muchos en la zona oeste, pues entidades como el Banco Bicentenario del Pueblo no tenían efectivo para cancelar la pensión.
Según trabajadores del ente, la remesa no había llegado. El escenario era similar en otras entidades financieras de la zona.
“Esto que hacen con nosotros es un crimen. Todos los ancianos necesitamos cobrar nuestro dinero porque estamos pasando hambre. Aparte que es una miseria lo que nos pagan, es un infierno poder cobrar“, dijo Maritza Mendoza, de 71 años y residente de Píritu.
Puerto La Cruz / José Camacho / Marianela Guariguata