El aumento en la cantidad de vendedores informales en el centro de Barcelona, especialmente en el bulevar 5 de Julio y las calles transversales del sector La Chica, que arreció hace más de dos años, ha sido parte de los resultados de la migración forzada desde los tres principales mercados municipales: Juana Petronila Hernández, Aduana y Bolivariano.
¿La razón? La búsqueda de los consumidores cuya afluencia fue mermando, sobre todo cuando se inició la crisis sanitaria por la pandemia de Covid-19. Al menos en ello coincidieron los pocos trabajadores que aún tratan de mantener con vida las instalaciones, que se encuentran desoladas.
Uno de los primeros recintos que empezaron a mostrar cambios fue el Bolivariano, ubicado en la avenida Aeropuerto. El incendio de la fachada, ocurrido hace más de tres años producto de un cortocircuito, no sólo trajo como consecuencia la desaparición de unos puestos, sino también que muchos de los visitantes dejaran de acudir al considerar que todos se perdieron.
De una capacidad de 392 locales, sólo 30 se encuentran ocupados por 14 adjudicatarios, quienes venden verduras, condimentos, pollo, carne de res, cochino y panes. La oficina de transporte del municipio y una emisora radial también ocupan uno de los espacios. Así lo dio a conocer el Analista I Antonio Díaz y la asistente Esther Torrealba, quienes ofrecieron información a nombre de la administradora del recinto, Iris Ramos.
Según Díaz, a los ocupantes que quedan se les unen los viernes y sábados, cada dos semanas, 50 emprendedores que colocan improvisados puestos en la entrada dañada por las llamas, como parte de una estrategia para atraer a los compradores.
“Estamos esperando la ejecución de un plan de rehabilitación que se encuentra en proyecto, reparar la fachada y culminar los edificios 2 y 3 que tienen un 95% de avance. A esto se le debe dar las tres R: revisión, restructuración y reimpulso porque estamos cerca del aeropuerto, frente a un mini terminal que beneficia a las zonas rurales y en la entrada y salida hacia la capital el estado”, resaltó.
Los vendedores del mercado La Aduana, al parecer, se vieron afectados cuando debido a la pandemia de Covid-19, el Ejecutivo nacional ordenó cerrar los terminales, pues el que tenían al lado fue desvalijado tras el abandono.
“Aquí quedan como ocho negocios que abren todos los días, pero desde que llegó la pandemia y el terminal dejó de funcionar, ya no hay vida. Por eso muchos expendedores migraron al centro, buscando mejoras”, expresó Elvis Gutiérrez, vendedor de animales.
En este sentido, les solicitó a las autoridades que haya accesibilidad al público, que brinden seguridad, reactiven el terminal y las paradas de las líneas de transporte hacia Puerto La Cruz.
Estas dos últimas peticiones han sido las más demandadas al coordinador del mercado, José Guevara, desde que ocupó el cargo, cuando las instalaciones pasaron a formar parte de la Cooperativa Agroindustrial Simón Bolívar.
“Piden a gritos reactivar el terminal y regresar las paradas de la Intercomunal y Alterna. Actualmente, hay 15 locales activos de 154, porque las personas se fueron al centro buscando la vida comercial. Piden que me traiga a esa gente que se fue para el centro, a la calle Zamora, a la Pedro María Freites. Ahorita lo que tenemos funcionando son locales de venta de proteína: desplumadora y carnicería”, comentó Guevara.
En 2016, bajo la gestión del alcalde Guillermo Martínez, fue inaugurado en el sector La Chica de Barcelona el mercado Juana Petronila Hernández, el cual albergó a los vendedores informales que estaban en las calles, obstaculizando el libre tránsito.
Sin embargo, la migración que han tenido los comerciantes de los otros centros de expendio en los últimos años, al parecer, obligó a la mayoría de los adjudicatarios a retomar las vías para poder seguir con las ventas.
Desde hace un año sólo 11 puestos, de 66 que hay, están ocupados en el área de hortalizas y verduras. Así lo dio a conocer Yajaira González, quien se niega a abandonar su local para que no cierren las instalaciones.
“Las ventas han caído 90%, porque la gente prefiere comprar en la calle que entrar para acá. A nosotros lo que nos interesa es que el mercado se llene de vendedores y no que estén afuera, pero que sea una medida definitiva, no sólo de 15 días. Estamos luchando para que este mercado no se cierre”, acotó.
En el área de proteínas, que se ubica al lado, la situación no es distinta. El carnicero Enmanuel Medina señaló que de 23 puestos, sólo tres se encuentran operativos.
“Antes solía trabajador de 6:00 am a 3:00 pm, pero ahora, como las ventas han bajado 90%, veo el movimiento y me voy al mediodía. Seguimos acá solo para mantenernos. Ojalá lograran traérselos a todos”, manifestó.
Sin ayuda gubernamental
Sólo un año de atención gubernamental, al parecer, recibió el mercado Juana Petronila Hernández, ubicado en el sector La Chica, tras su inauguración en 2016.La vendedora Yajaira González manifestó que necesitan, principalmente, pintura y alumbrado. Alegó que "si existe una lámpara funcionando es por los trabajadores".
A finales de diciembre del año pasado, la Alcaldía de Barcelona, a través de la dirección de Urbanismo y en compañía de la Policía Municipal de Bolívar (Polibolívar), realizó desde la calle Sucre del sector Barrio Sucre un operativo de recuperación de espacios públicos con la eliminación de chatarra y tarantines que obstaculizaban el tránsito vehicular y peatonal.
Mediante una publicación en la red social Instagram se explicó que, a través del artículo 44 numerales 2 y 5 de la Ordenanza de Zonificación de la jurisdicción, no se permite la instalación de anuncios, vallas, chupetas, toldos, mesas, estantes o ningún tipo de objetos fijos o removibles que causen perturbaciones a terceros u obstaculicen el libre tránsito en la vía pública.
En el escrito señalan que al no acatar la medida en un lapso de 24 horas se procede al decomiso y podría traer sanciones y el pago de una multa ante el Servicio Autónomo Bolivariano de Administración Tributaria (Sabat).
A través de una entrevista vía telefónica con El Tiempo, el jefe del Gabinete de Urbanismo, Ramón Yánez, informó que próximamente trabajarían en la avenida El Ejército, Fuerzas Armadas y Centurión.
Al ser consultado sobre si la medida aplicaría para los vendedores informales que están en el centro de la ciudad, alegó que ese trabajo “fundamentalmente” le corresponde a Polibolívar.
“Ellos tienen instrucciones precisas sobre eso y van a retomar el trabajo que hicieron ya hace tiempo. Es un trabajo que requiere de fuerza pública y nosotros no la tenemos”, expresó.
Barcelona / Elisa Gómez
