Transcurridos seis meses desde que el jefe de la Asamblea Nacional (AN), Juan Guaidó, se juramentó como Presidente encargado de la República, reconocido por 50 naciones, no ha logrado el “cese de la usurpación” del poder del primer mandatario, Nicolás Maduro, pero comenzó el mes de julio con la búsqueda de acuerdos, en una negociación para concretar elecciones presidenciales libres.
Guaidó, cuya popularidad ha bajado desde el 23 enero como evidencian las encuestas y las últimas movilizaciones, insistió el 8 de julio en liderar el trabajo en todos los ámbitos que acerquen a la libertad.
“En todos los espacios de presión, nuestro objetivo es el mismo: lograr una solución definitiva a la crisis en nuestro país”, ha señalado el presidente encargado.
El balance tras el primer semestre en la encargaduría en la Presidencia pasó de un decidido llamado al sector militar a unirse a un cambio de Gobierno a los avances de una negociación para ir a elecciones consensuadas.
El diputado Stalin González, segundo vicepresidente de la AN y quien conduce la comisión electoral del parlamento, salió en defensa de la decisión de seguir explorando un diálogo. “Nuestro objetivo es construir la salida del régimen para ponerle fin al sufrimiento de los venezolanos que no pueden esperar más. Necesitamos una Venezuela en la que elijamos nuestro destino sin ser chantajes. Por nuestro país y por el futuro luchamos hasta lograr la ruta”, dijo González.
Desde enero hasta julio de 2019, Guaidó no pudo concretar la ruta ofertada de “cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, aunque ostenta el liderazgo opositor.
Bajan las expectativas
De acuerdo con la encuesta de Datincorp del 2 de junio, 59% de los encuestados creen que la solución a la crisis institucional sólo podrá concretarse si la hoja de ruta de Guaidó tiene éxito. En ese sentido, este es el logro más importante de los seis meses de lucha del presidente del parlamento, al que se suma el reconocimiento de más de 50 países de la comunidad internacional.
Sin embargo, han bajado las expectativas sobre las posibilidades de salir de la crisis con la ruta propuesta. Según el sondeo de la firma Datincorp, ante la pregunta “¿A quién reconoce como Presidente?” 41% respondió que reconoce a Maduro como Presidente constitucional de Venezuela, hace cuatro meses era 34%; en tanto Guaidó pasó de 49% en febrero a 36% de reconocimiento en junio.
Aparte del cerco del gobierno de Maduro y las acusaciones de traición a la patria y golpismo desde el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y la Fiscalía, Guaidó ha tenido que sortear obstáculos con la bancada parlamentaria 16 de Julio que lo ha atacado por no avalar el ingreso de una misión militar extrajera.
Finalmente, el presidente encargado aseguró, el pasado 7 de julio, que la AN está dispuesta a aprobar el retorno de Venezuela al Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (Tiar) lo que significaría fortalecer la cooperación con los restantes 17 países miembros del continente para incrementar las presiones contra el gobierno de Maduro.
Sanciones y control de embajadas
Dentro de los aciertos más importantes destacan las sanciones estadounidenses que entraron en vigencia el 28 de abril y que implican restricciones a la compra de crudo de Petróleos de Venezuela (Pdvsa) en el marco del cerco impuesto a Maduro.
La representación diplomática de Guaidó en Estados Unidos tomó el control de la embajada y activos petroleros. Dentro de los países donde son aceptados los enviados del presidente de la Asamblea Nacional destacan naciones europeas como Alemania y suramericanas como Argentina, entre otras.
Debilidad militar
El presidente encargado no ha cesado de enviar mensajes a la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb) para que se coloque del lado de la transición. Sin embargo, la invitación ha sido acogida por un porcentaje pequeño de los miembros de la organización castrense. El respaldo más contundente ha sido el del mayor general Manuel Christopher Figuera, exdirector del Servicio Bolivariano de Inteligencia Militar (Sebin), quien se sumó a la Operación Libertad del 30 de abril y permitió la liberación del líder de Voluntad Popular (VP), Leopoldo López.
Desde Estados Unidos, Christopher Figuera ha hecho algunas revelaciones como el hecho de que Maduro ordenó detenciones arbitrarias de sus adversarios y sembrar armas a Roberto Marrero, quien era el asistente de Guaidó.
Para el economista y director de Datálisis, Luis Vicente León, existe una relación negativa entre el respaldo popular y el tiempo sin resolver la crisis. Es decir, que hay un descontento de parte de la población en vista de que la oferta que ha hecho desde enero, de lograr el “cese” de la administración de Nicolás Maduro e impulsar un “gobierno de transición” no se ha consolidado formalmente hablando.
Sobre el intento de asonada militar ocurrido entre el 30 de abril y el 1 de mayo, el analista político aseguró que se trató de un “evento perceptual”, ya que ver a López fuera de su casa, liberado de su condición de preso político, acompañado por Guaidó y unos cuantos militares, en las cercanías de La Carlota, al este de Caracas, sirvió para leer la situación como el final del proceso. Sin embargo, realmente, no lo fue.
“En mis reportes privados yo dije: es muy temprano para saber lo que está pasando (...) porque cuando Guaidó está hablando y dice ‘nos está siguiendo y respaldando una parte importante del sector militar’ estaba hablando en serio. Lo que no era necesariamente adecuado era decir que tenía un grupo mayoritario y controlaba el poder de fuerzas”.
Agregó que los militares no se iban a manifestar hasta saber si estaban completamente protegidos; pero, eso no pasó. “No se vio a ningún militar de voz activo mostrando su fuerza de choque; y, por lo tanto, desde el principio eso no estaba consolidado. Se estaba tratando de consolidar en ejecución. No ocurrió nunca. No es que eso estaba listo. Simplemente, no se produjo lo que se estaba esperando”.
León apunta que la popularidad de Guaidó reside en que “nadie sabía que su partido era Voluntad Popular”.
“En toda su etapa, intentó permanentemente mantenerse lejos de eso. Él crea una alianza entre partidos y sus compañeros, la gente que siempre está con él, son los de la generación de 2007, que es con quien él se quiere identificar generacionalmente. Es un tema de juventud, frescura, cambio y diferencia”.
“El nivel de rechazo (de Guaidó) es de 33%. Esto, en comparación al resto de los líderes opositores, es muy bajo”, acotó León.
No obstante, el presidente encargado no logra el respaldo público de la mayoría de la Fanb mientras los mandos de la organización repiten incesantemente su lealtad a Maduro.
Ayuda sectorizada
Luego de que el operativo para el ingreso a la ayuda humanitaria a través de la frontera fracasó, entre otras cosas, por la orden de Maduro de impedirlo, Guaidó anunció algunas entregas sectorizadas del apoyo en medicinas y alimentos. También le tocó rendir cuentas sobre las acusaciones del gobierno revolucionario de corrupción en el manejo de recursos en Colombia.
A principios de julio, Guaidó informó sobre la entrega de insumos en los estados Sucre, Delta Amacuro, Amazonas y Nueva Esparta.
“Ninguno de los recursos asignados a las labores de asistencia humanitaria en la frontera colombo-venezolana han sido administrados por ninguna delegación u organismo del gobierno legítimo de Venezuela. Todos los fondos de ayuda humanitaria han sido manejados y ejecutados directamente por las propias agencias multilaterales y por las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) especializadas en la materia”, aseveró Guaidó en junio.
Asimismo, anunció la presentación de documentos ante la Fiscalía de Colombia para que se investigue el manejo de los fondos de la ayuda.
El director del Centro de Estudios Políticos y de Gobierno (Cepyg) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab), Benigno Alarcón, aseguró que Guaidó continúa teniendo el liderazgo principal reflejando un 55% de aceptación.
Detalló que Guaidó logra entrar en un grupo más difícil “que son esos electores que no están ni con el Gobierno ni con la oposición y mayoritariamente lo apoyan”. Resaltó que después del 30 de abril, Guaidó puede estar con los números de Hugo Chávez en sus mejores momentos.
Ante la posibilidad de realizar comicios, Alarcón piensa que más de 64% sufragaría si las presidenciales fueran este fin de semana.
“A la gente le costaría mucho votar, pero terminaría haciéndolo y habría una participación importante. 64,6% piensa que votaría si las elecciones presidenciales fueran este fin de semana y 15,3% dice que quizás, es decir, que si se hace una buena campaña y comunicas bien el mensaje, el primer porcentaje sube”.
Ecuanimidad y carisma
Haciendo un balance del accionar de Guaidó, la socióloga y analista de marketing político, Cristabel Cartaya, explica que existen una serie de variables a considerar para evaluar a ciencia cierta el accionar del presidente encargado.
“Es importante tener en cuenta el apoyo interno, que se refiere a cómo han mermado las esperanzas ciudadanas de una salida rápida. Al analizar al mes de gestión, esa fórmula entre expectativas, problemas y resultados ha jugado en contra de lo que opinan las mayorías de Guaidó. Sin embargo, aún son más lo que apuestan por su liderazgo, porque ha mantenido la ecuanimidad y el carisma”.
Insiste en que otro factor relativo ha sido la comunidad internacional, que a raíz de los hechos del 30 de abril, dejó expuestas ciertas incongruencias en la ejecución y la comunicación del mundo opositor, así como la delicada situación que implicaría un golpe militar.
“La comunidad internacional también está un poco dividida: aquellos que apoyan las negociaciones y aquellos que esperan otras acciones. Aquí hay un gran desafío para Guaidó y la oposición, porque toca articular nuevamente en una sola voz a la comunidad internacional y que confíen plenamente en su liderazgo”.
Cartaya pone en evidencia que el reportaje publicado por el diario digital PanAm Post, donde se dio cuenta del opaco manejo de fondos de los dos representantes de Guaidó durante los meses posteriores al 23 de febrero, fecha en la que falló el plan de la oposición para la entrada de la ayuda humanitaria a Venezuela, pero que se saldó con la deserción de más de mil militares, ha sido un revés para la presidencia interina.
“La oposición ha tenido desde hace mucho tiempo varias voces, alguna de ellas más radicales, que han criticado las acciones tomadas desde la Asamblea Nacional. Ello, junto a las últimas acusaciones sobre corrupción, son una sombra importante en la gestión de Guaidó”.
La especialista no teme en decir que el tiempo en lograr el cambio y la desesperanza están jugando en contra del liderazgo de Guaidó.
“Ante la pregunta de si Guaidó ha cometido errores considero que el 30 de abril no se contemplaron todos los escenarios y actores involucrados en la salida. Allí, creo que ha sido un error, pero no creo que se le atribuya a Guaidó solamente. Además el tiempo está jugando en su contra; si bien sabemos que estos procesos son más lentos de lo que nos gustaría, la sensación de no avance puede jugar en su contra, ante todo porque sube la desesperanza, las críticas y el enfriamiento de la comunidad internacional”.
Caracas / Rafael Arias